Páginas

21 de noviembre de 2013

La Torre de los Siete Jorobados (1944)

A pesar de ser el lugar de origen del brillante pionero del cine fantástico, Segundo De Chomón (cuyos cortometrajes rivalizan incluso con los de su famoso contemporáneo Georges Méliès en términos de calidad e inventiva), la filmografía española en lo que se refiere a cine de horror es sorprendentemente pobre en los años previos a la década de los 60s, cuando Jesús (mejor conocido como Jess) Franco inaugura el horror español. Esto fue el resultado del difícil clima político que reinaba en el país durante el régimen del dictador Francisco Franco y la fuerte censura gubernamental. De hecho, aunque se realizaron un par de filmes de fantasía antes de 1962, la única película de horror hecha y derecha fue una poco conocida obra titulada "La Torre de los Siete Jorobados", dirigida por Edgar Neville y basada en una popular novela de Emilio Carrere. Sin embargo, a pesar de ser el único ejemplo propiamente dicho de cine de terror de la España de la década de los 40s, este filme es mucho más que una mera curiosidad histórica, es realmente una gema olvidada del género.

Teniendo lugar en el Madrid del siglo 19, "La Torre de los Siete Jorobados" comienza cuando un joven de nombre Basilio (Antonio Casal) decide jugar a la ruleta, con la esperanza de reunir suficiente dinero para invitar a salir a la chica de la que está enamorado. De pronto, un misterioso personaje (Félix de Pomés) aparece de la nada, enfundado en una capa negra y con sombrero de copa del mismo color. El extraño le indica a Basilio exactamente a que número apostar para ganar el juego. Siguiendo sus consejos, Basilio logra ganar una pequeña fortuna, por lo que Basilio se acerca a agradecer al extraño. Al hablar con él, descubre que la misteriosa figura es en realidad el fantasma de Don Robinson de Mantua, un famoso arqueólogo que se había suicidado algunos años atrás. A cambio de la ayudad brindada en la ruleta, Don Robinson le pide a Basilio que proteja a su bella hija Inés (Isabel de Pomés), y le ayude a resolver el crimen de su muerte, pues Don Robinson fue asesinado. Así, Basilio se irá involucrando en un misterio que lo llevará a encontrar la entrada de la Torre de los Siete Jorobados.

Como se menciono anteriormente, "La Torre de los Siete Jorobados" está basada en la novela del mismo nombre escrita por Emilio Carrere (con colaboración de Jesús de Aragón), sin embargo, hay múltiples diferencias entre la novela y la película, particularmente en el tono que los guionistas Edgar Neville y José Santugini le dan a la historia. Mientras que la novela tiene un humor negro más bien sombrío, Neville prefiere darle a su película un tono bastante ligero, mucho más parecida al de las películas de horror y aventura que se producían en Estados Unidos por aquella época (filmes que fueron una gran influencia en Neville) que al de la obra en la que se basa. Esto no es necesariamente una equivocación, pues la película se vuelve una interesante mezcla de misterio, humor y suspenso que se mantiene entretenida precisamente gracias a que el guión afortunadamente evita ser demasiado solemne o simbólico. Aunque se podría argumentar que la trama es derivada del estilo típico del cine de aventuras de Hollywood, "La Torre de los Siete Jorobados" mantiene una cierta atmósfera que la vuelve poco convencional.

Si bien, esto último es gracias a que donde la película realmente destaca en es su ejecución, pues el director Neville da un acertado uso al excelente trabajo de fotografía realizado por Henri Barreyre y Andrés Pérez Cubero. La fotografía, inspirada en el alto contrasto del cine expresionista, le da a la película un belleza sobrenatural. Sin embargo, la más sorprendente virtud de la cinta es su maravilloso diseño de arte, que tiene como centro a una espeluznante Torre de los Siete Jorobados que, como la fotografía, tiene un bello estilo expresionista que pareciera salido de un filme alemán de los años 20s. El contraste entre el expresionismo surreal de la Torre con la atmósfera natural de las calles de Madrid (en escenas filmadas en locación) le da a la película una efectiva y oscura sensación onírica, como si el viaje de Basilio a este mundo subterráneo en el que se esconde la Torre fuera el descenso a una pesadilla. Finalmente, lo que hace realmente funcionar a toda esta mezcla de influencias es el humor que le imprime Neville a la película, que le da a su versión de "La Torre de los Siete Jorobados" una personalidad propia.

El elenco es en su mayoría, bastante efectivo, con Antonio Casal en el papel principal realizando un muy buen trabajo al manejar el lado cómico de su personaje (pues Basilio, aunque noble y bien intencionado, es también un tanto cobarde y particularmente ingenuo), que se vuelve de gran importancia dado el tono que maneja Edgar Neville en la película. Como su contraparte, Inés, la actriz Isabel de Pomés es buena, aunque nada realmente espectacular. Sin embargo, esto puede achacarse al hecho de que su personaje está pobremente desarrollado y es más una estereotípica damisela en apuros, lo cual no brinda muchas oportunidades a De Pomés para hacer más allá de un buen trabajo. Por otro lado, Guillermo Marín es extraordinario como el Doctor Sabatino, realizando una interpretación que bien podría contarse dentro de las mejores en el horror español. Marín logra alcanzar la mezcla perfecta entre amabilidad encantadora y perversa crueldad que hacen a Sabatino un personaje tan interesante. Finalmente, Félix de Pomés es bastante divertido como Don Robinson, a pesar de su limitado tiempo en pantalla.

Ahora bien, aunque "La Torre de los Siete Jorobados" es ciertamente una película excelente y bastante entretenida, está también lejos de ser perfecta. Su principal problema es que en el intento que hace Neville por imitar a los filmes estadounidenses de mayor éxito comercial, no sólo toma sus virtudes sino también sus defectos, principalmente la dependencia de aquellos filmes en los clichés del género. Aunque la película tiene ese maravilloso estilo expresionista y la premisa es ciertamente ingeniosa, la trama se desarrolla de maneras muy convencionales y, aunque entretenida, definitivamente no alcanza el nivel artístico que podría haber tenido. El resultado se siente como si Neville hubiera optado por simplificar demasiado las cosas para el espectador. Esta dependencia en el lugar común y la broma fácil hacen predecible lo que bien pudo haber sido una fascinante historia de misterio y horror. Sin embargo, esto finalmente no es tan grave como podría sonar, y aunque no sin defectos, "La Torre de los Siete Jorobados" se deja disfrutar sin problema.

Por supuesto, esta última crítica bien podría sonar a una exageración, pues "La Torre de los Siete Jorobados" no tiene mayor presunción que ser una historia divertida, y el realizador Edgar Neville cumple esto en su totalidad: la película brinda un buen rato al seguir a Basilio a medida que se adentra en los horrores de la Torre de los Siete Jorobados. Aunque aún faltarían muchos años para que el cine de horror resurgiera en España, "La Torre de los Siete Jorobados" es un humilde pero significativo escalón en la historia del género en el cine español. Por esta sencilla razón, así como por sus ya mencionadas virtudes artísticas, "La Torre de los Siete Jorobados" es más que una mera curiosidad, es realmente el primer clásico de horror realizado en España.

8/10
-------------------------------

No hay comentarios.: