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23 de octubre de 2012

Hecho en México (2012)

Retratar la identidad de un nación no es una tarea fácil, dado que quien lo intenta se enfrenta al hecho de que dicha identidad rara vez proviene de una absoluta homogeneidad cultural, sino que mas bien es el resultado de las múltiples culturas que forman dicha nación. Culturas que normalmente son bastante diferentes entre sí a pesar de formar un sólo país. Y sin embargo, esto es precisamente lo que intentan los productores Lynn Fainchtein y Duncan Bridgeman en el documental "Hecho en México": hacer un retrato de la identidad nacional de México, un retrato que identifique la Mexicanidad de casi 116 millones de personas de diversos trasfondos culturales. Para realizar esto, Fainchtein y Bridgeman tomaron como punto de partida un tema que ambos dominan bastante bien, la música (pues Fainchtein ha sido supervisora musical de numerosos largometrajes y Bridgeman es uno de los creadores del proyecto de world music "1 Giant Leap"). Así, "Hecho en México" es un documental que emplea la música mexicana en un intento por retratar la identidad de los mexicanos. Sin embargo, las cosas no resultan muy bien.

En "Hecho en México", un nutrido grupo de músicos mexicanos (y alguno que otro extranjero) prestan sus talentos para mezclar sus diferentes estilos y formar una banda sonora que refleje la identidad nacional de México. Mezclada por Bridgeman, la música sirve como el hilo conductor de diversas entrevistas con músicos, artistas, filósofos e intelectuales, que brindan sus opiniones respecto a lo que para ellos es la mexicanidad. Estas opiniones giran en torno a temas tales como el amor, la muerte y la religión (entre otros), buscando como va surgiendo la mexicanidad alrededor de estos conceptos. Todo esto a la par que se visitan diversos rincones del país, mostrando sus bellezas naturales, sus pueblos y ciudades, sus habitantes y sus respectivas culturas, y finalmente como éstas llegan a reflejar la mexicanidad en sus diversas expresiones artísticas. Todo mientras la música va acompañando el viaje, con los músicos moviéndose lo mismo por sus espesas selvas que por sus milenarias ruinas, pasando por los callejones y caminos de sus grandes ciudades.

Realizada sin seguir un guion establecido, "Hecho en México" se construye a partir de las entrevistas a las diversas personalidades que opinan sobre la mexicanidad, ahondando en los diferentes conceptos que forman la estructura del filme. Además de los ya mencionados temas de amor, muerte y religión, se abordan conceptos de espiritualidad, las drogas, el tema de la frontera con los Estados Unidos, además de las relaciones de pareja y el sexismo. Sin embargo, esta construcción, basada solamente en un grupo de conceptos tan abstractos y generales resulta en entrevistas bastante superficiales donde no se cuida realmente el establecer un punto concreto, sino solamente hablar por hablar. Y no es tanto que sea culpa de los entrevistados, sino de que pareciera que no se les brindó material para elaborar más allá de un concepto. La mexicanidad es un concepto tan amplio que al ser tratada de forma tan vaga los fuerza a caer en lugares comunes y en algunos casos, verdaderas ridiculeces. Claro, hay excepciones notables, pero la constante en los testimonios es la opinión vacía.

El británico Duncan Bridgeman toma el asiento de director, y se encarga de dar un orden a la colección de ideas que forma a "Hecho en México", y para hacerlo, recurre a su habilidad como mezclador de sonido para transformar la música mexicana en la columna vertebral de la cinta. Como había logrado ya como parte de "1 Giant Leap" (proyecto en el que junto con Jamie Catto grababan y mezclaba música e imágenes de diferentes partes del mundo para su concepto audiovisual), Bridgeman combina con gran habilidad la música mexicana, tradicional y contemporánea, rural y urbana, norteña y sureña; logrando atractivos números musicales que dan forma a "Hecho en México". Así, la mezcla de Bridgeman resulta en un híbrido musical donde los diferentes estilos musicales originarios de México se funden en una sola canción. Este es el logro más grande de "Hecho en México", o más bien el único, pues esa definición de la mexicanidad, que los testimoniales dejan en un mero psudointelectualismo barato, es realmente encontrada por los músicos en la fusión de sus diferentes talentos, de sus diferentes ritmos.

Sin duda la música armada por Bridgeman es el principal atractivo de la cinta, más no el único, pues la película cuenta con una excelente labor de fotografía realizada por Gregory W. Allen, Lorenzo Hagerman y Alexis Zabé, quienes logran capturar imágenes de gran belleza. Sin embargo, los méritos técnicos no logra salvar a "Hecho en México" de sus múltiples defectos, que se centran en la irónica falta de identidad que sufre la película. Es decir, el documental "Hecho en México" pareciera intentar ser al mismo tiempo un videoclip, un promocional turístico y un estudio sociológico. Tristemente, solo como videoclip es que logra funcionar medianamente bien, pues mientras que los momentos puramente musicales son muy interesantes, la manera en que las entrevistas arman la cinta sólo deja ver que Bridgeman y Fainchtein carecen de una idea certera de lo que es la mexicanidad. Y aunque como extranjero el director Duncan Bridgeman bien podría haber brindado una perspectiva interesante al ver a México desde fuera, opta por el cliché, el lugar común y retrata a México con la fascinación de un turista.

Ciertamente, el director Duncan Bridgeman tiene un gran talento como productor musical, talento que ha demostrado ya en "1 Giant Leap" y que nuevamente explota al máximo en "Hecho en México". Sin embargo, la diferencia entre su anterior "1 Giant Leap" y esta cinta es que el primero es un proyecto carente totalmente de pretensiones más allá de las musicales, mientras que en el ambicioso documental "Hecho en México" se adentra a una cuestión mucho más compleja y que no logra definir del todo. Las ideas expuestas, en su intento por ser rebeldes e irreverentes, resultan ridículas y sensibleras, lo cual no sería tan malo si no fuera porque al final realmente no dicen nada. Superficial, vacía y sin una identidad propia, "Hecho en México" es una cinta que tristemente sólo se puede disfrutar como un escaparate posmoderno de la música mexicana, pues como documental es totalmente fallida.

4/10
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