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20 de septiembre de 2012

Die Nackte und der Satan (1959)

Al término de la Segunda Guerra Mundial, el cine en Alemania, como muchas otras industrias, entró en un difícil proceso de reconstrucción durante la ocupación del país por los Aliados. La República Federal Alemana, u Alemania Occidental, tenía acceso de nuevo al cine de todo el mundo, por lo que la industria americana vio la oportunidad de conquistar un nuevo mercado. Otro problema de la industria alemana occidental era que la gran mayoría de su infraestructura, los legendarios estudios UFA, estaban ahora en la Alemania Oriental. Aun así, entrando los 1950s la industria alemana occidental mantuvo una lenta pero constante recuperación, aunque se enfocó en producir los llamados "Heimatfilms" ("películas hogareñas"), un género muy alemán de dramas familiares. La gran popularidad de estos filmes daba la impresión de que el cine alemán occidental era una industria muy localista y provinciana, pero hubo excepciones. Una de estas fue "Die Nackte und der Satan", una inusual cinta de horror con un muy distintivo estilo que rememoraba los días de gloria del Expresionismo Alemán.

En "Die Nackte und der Satan" (literalmente "La mujer desnuda y Satán", pero conocida popularmente en América como "La Cabeza"), Micher Simon es el Dr. Abel, un famoso cirujano que ha desarrollado un suero que mantiene vivo el tejido muerto. Sin embargo, el Dr. Abel no se encuentra muy bien y requiere un trasplante de corazón. Sus colaboradores, el Dr. Ood (Horst Frank) y el Dr. Burke (Kurt Müller-Grad) lo operarán para salvarlo. Desafortunadamente, las cosas no salen del todo bien con el trasplante, pero el Dr. Ood decide seguir. El Dr. Burke protesta, pero es asesinado por Ood, quien procede a decapitar al Dr. Abel para mantener con vida su cabeza mediante el suero. El desquiciado Dr. Ood en realidad está decidido a ayudar a Irene Sander (Karin Kernke), una joven jorobada a quien desea. Y para esto, el Dr. Ood realizará un transplante de cabeza utilizando la tecnología desarrollada por el Dr. Abel, quien será testigo de todo, horrorizado al encontrarse sin cuerpo. Lilly (Christiane Maybach), una bailarina en el bar Tam-Tam, es la candidata escogida para dar su cuerpo para Irene.

Escrita por Victor Trivas (autor de la cinta "The Stranger" de Orson Welles, por la que fue nominado a un premio de la Academia), "Die Nackte und der Sata" ciertamente cuenta con una espeluznante premisa. Con sus temas de trasplante de cabezas y el aislamiento de una cabeza viviente, es difícil no comparar la historia con el clásico de culto "The Brain that Wouldn't Die" (1962); sin embargo, hay una gran diferencia de tono entre ambos filmes, pues a diferencia de su contraparte americana, "Die Nackte und der Satan" es llevada con gran seriedad. El tema de experimentos humanos degenrados resuena fuertemente, con la particular dualidad de que la cura de Irene depende de las atroces actividades del Dr. Ood. La dualidad también está presente en Lilly, una bella modelo con un pasado oscuro, cercana al arquetipo clásico de la femme fatale. Hay también un gran énfasis en el erotismo de la historia, bastante adelantado para su época, haciendo de "Die Nackt un der Satan" un thriller erótico detrás de su imagen de cinta de horror.

Dirigida también por Victor Trivas (siendo ésta su primera cinta desde 1935), "Die Nackte und der Satan" tiene una atmósfera decididamente sombría, aumentada por una estética visual muy reminiscente de los años del Expresionismo Alemán. Esto no es tan sorprendente, pues colaborando con Bruno Moden en el diseño de producción se encontraba Hermann Warmm, el responsable del llamativo look de clásicos como "Das Cabinet des Dr. Caligari" y "Der müde Tod" (sin mencionar el "Vampyr" de Dreyer). A través de la cámara de Georg Krause (otro veterano del cine alemán), el director Tribas crea una obra que pareciera salida directamente de una novela pulp. A pesar de su relativamente bajo presupuesto, Trivas y su equipo logran darle al filme una belleza oscura que funciona muy bien con su bizarra premisa. Como en su guion, Travis no usa su historia para sustos baratos, sino que opta por un enfoque serio y oscuro que le da a la película un tono inquietante, aumentado por los sorprendentes (considerando el bajo presupuesto) efectos visuales de Theo Nischwitz.

El elenco en "Die Nackte und der Satan" es de hecho muy bueno, con Horst Frank realizando una fuerte, aunque contenida interpretación como el Dr. Ood. Ciertamente, el personaje es un arquetipo clásico de científico loco, pero Frank no se deja llevar por el estereotipo, sino que va construyendo la locura de Ood con una cierta sutileza hasta el clímax del filme. En su debut, Karin Kernke es buena en general como Irene, aunque extrañamente, pareciera perder fuerza cuando su nuevo cuerpo es revelado. La sex symbol alemana Christiane Maybach está vibrante como Lilly, por momentos canalizando la fuerte personalidad de Marlene Dietrich en su rol. Sin embargo, quizás la más grande sorpresa en "Die Nackte und der Satan" es ver al legendario actor francés Michel Simon (famoso por sus roles en "La chienne" y "Boudu sauvé des eaux" de Renoir, y en "L'atalante" de Jean Vigo), quien interpreta al buen Dr. Abel, reducido a sólo una cabeza por el Dr. Ood. Simon es bastante efectivo, aunque su trabajo se ve limitado por la verdadera parálisis que sufría al momento de la filmación.

En más de una manera, "Die Nackte und der Satan" se siente fuera de su época, no acorde con el cine de los 50s, sino imbuida de una atmósfera de una era anterior. El set expresionista, la atmósfera pulp, la amoralidad de sus personajes, las actuaciones melodramáticas; elementos que podrían indicar que la cinta fue hecha en los 1930s. La presencia de Michel Simon, Warmm y Krause sólo parecen confirmar esto, y así, esta "antigüedad" aparente es un arma de doble filo, pues aunque le da la cinta una atmósfera apropiada, también la hace lucir un poco arcaica, como si hubiera sido estrenada 40 años tarde. Sin embargo, esto no quiere decir que la cinta esté totalmente anclada en el pasado, aunque su look expresionista definitivamente ya no es vanguardista. Otra cosa, el limitado presupuesto del filme también influye en el resultado final, pues muchos de los defectos del filme se vuelven notorios por esta causa. Y aunque el diseñador Hermann Warmm no estaba desacostumbrado a limitaciones monetarias, el look visual sí llega a verse afectado por esto.

Al final, son estas características las que hacen difícil no pensar en "Die Nackte und der Satan" como una extraña e inusual curiosidad. Con su diseño declaradamente Expresionista y la ominosa atmósfera que esto le confiere, "Die Nackte und der Satan" es un descubrimiento interesante para fans del movimiento Expresionista Alemán, ya que es como si un grupo de veteranos volviera al cine para un "último baile". El enfoque serio con el que el director Trivas aborda la historia, resulta en una cinta diferente a lo que podría esperarse de tan extraña premisa, e incluso funciona en un nivel como una versión intelectualoide de las películas de científicos locos comunes en los 30s. Definitivamente una muy atípica película para el cine alemán occidental de los cincuentas, "Die Nackte und der Satan" es una inquietante historia de horror corporal que pareciera congelada en el tiempo. Una curiosidad bizarra, anticuada quizás, pero bizarra después de todo.

6/10
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17 de septiembre de 2012

Get the Gringo (2012) @ Habitación 101

Durante los años 80s y 90s, posiblemente no había estrella más grande en el cine Americano que Mel Gibson. El actor americano avecindado en australia que había saltado a la fama con cintas como "Gallipoli" y "Mad Max" se había consagrado en Hollywood con su actuación como Martin Riggs en "Lethal Weapon", convirtiéndose en sex symbol gracias a su imagen de tipo rudo pero con corazón. Todo parecía ir viento en popa para Gibson, incluso logrando el salto a la silla de director con las películas "The Man Without a Face" y "Braveheart". Sin embargo, pronto se vió vuelto en escándalos debido a controversiales declaraciones que desencadenaron acusaciones de homofobia y racismo (que aunada a su postura ultraconservadora, no le han ganado muchos amigos en Hollywood). En fin, tanto fue el escándalo que Mel Gibon pareció retirarse de los escenarios un buen tiempo. Hasta que en el 2010 regresó con el thriller "Edge of Darkness" y luego en el debut de Jodie Foster, "The Beaver". Sin embargo, es en "Get the Gringo" (2012) donde parece que el viejo Mel ha vuelto. La razón de esto es que la cinta, dirigida por Adrian Grunberg, nos trae de regreso al tipo de personajes que le dieron a Gibson las llaves de Hollywood: el tipo rudo de buen corazón. Sobre esta cinta trata una reseña que ha sido publicada en Habitación 101, revista digital donde ocasionalmente colaboro. Nuevamente, los invito a visitar Habitación 101 donde continúa el tema de Septiembre hablando de las visceras, sangre y sesos que involucra el género zombie con motivo del estreno de "Resident Evil: Retribution". Además de las usuales reseñas, críticas y ensayos sobre temas de cine y cultura en general. Así que visiten Habitación 101. Well recommended.

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Black Christmas (1974)

Aunque el género del horror es vasto en sus temas, que abarcan desde las fantasías más extremas hasta el más duro de los realismos, la gran mayoría de las veces cuando se habla del género de horror, la primera idea que viene a la mente es la de los llamados "slashers": un psicópata enmascarado acecha a un grupo de adolescentes, matándolos uno a uno. Y la razón de esto es que, siendo el slasher un concepto popular y sencillo de producir, infinidad de ellos se han realizado desde principios de los 80s, la "Era Dorada" de los "Friday the 13th", los "A Nightmare on Elm Street" y los "Halloween". De hecho, sería precisamente el "Halloween" de John Carpenter la primera cinta que traería la atención a los slashers en 1978. Este hecho ha resultado en que sea considerado usualmente como el primer filme de su tipo, pero lo cierto es que aunque su gran éxito ayudó a popularizar el concepto y estableció el estándar de las convenciones del género, el mejor candidato para el título de "primer slasher" es un filme canadiense realizado 4 años antes de "Halloween". Su título: "Black Christmas" de Bob Clark.

Ubicada en la casa de una sororidad estudiantil canadiense, "Black Christmas" comienza cuando las jóvenes del grupo se preparan para volver a casa por las vacaciones de Navidad. En su última noche antes de partir, comienzan a recibir llamadas obscenas de parte de un anónimo a quien llaman "el Gemidor". Nadie lo toma en serio, pensando que es sólo un muchacho pervertido y continúan empacando; pero las llamadas se vuelven más extrañas cada vez. Todas comienzan a preocuparse cuando una de ellas, Clare Harrison (Lynne Griffin), desaparece tras haber ido al segundo piso por su maleta. Al día siguiente, las muchachas conocen al padre de Clare (James Edmond) y contactan a la policía, aunque nadie parece estar realmente preocupado por el misterio. Sin embargo, las llamadas obscenas continúan, y pronto la policía recibe la noticia de que otra muchacha ha desaparecido. Para Jessica (Olivia Hussey), Barbie (Margot Kidder) y Phyllis (Andrea Martin), las únicas chicas que quedan en la casa, ésta será una Navidad que jamás olvidarán.

Literalmente "Negra Navidad" (aunque también se le conoce como "Navidad Sangrienta"), "Black Christmas" es la creación del escritor canadiense Roy Moore quien, inspirándose en varias historias de crímenes reales, se le ocurrió una idea que pareciera un descendiente directo de la famosa obra de Agatha Christie "Diez Negritos", pues es esencialmente una historia de misterio y asesinato pero en un contexto urbano. Sin embargo, el enfoque es el horror, y ya desde el guion se pueden apreciar muchos de los que ahora son considerados pilares del género slasher, como un elenco encabezado por una mujer fuerte que debe vencer sus miedos para enfrentar a un asesino cuya identidad se desconoce en un intento por sobrevivir a la noche. Sin embargo, algo que "Black Christmas" tiene que muchos de los filmes que influenció usualmente carecen es la forma en que desarrolla a sus personajes: los vuelve realistas y crea una empatía real con ellos. Otro acierto del guión es el apropiado uso del humor negro, que rompe la tensión con gran tino, y sin sentirse fuera de lugar.

Sin embargo, y aunque el guion definitivamente inauguró las bases del género, es realmente la ejecución de Bob Clark la que hace de esta cinta un thriller diferente y la que ultimadamente concibió el slasher. El elemento más sorprendente es la forma en que Clark maneja el suspenso en la película, pues aunque "Black Christmas" tiene escenas de terror de gran impacto, es ciertamente gracias a la ominosa atmósfera que Clark genera el que esto finalmente funciona tan perfectamente. Es sorprendente el gran uso que Clark da a su locación para crear ésta atmósfera, pues al centrar la historia principalmente alrededor de la casa por la noche, logra generar efectivamente la inquietante sensación de claustrofóbia y paranoia que comienza poco a poco a hacer presa de sus personajes. La cámara del cinefotógrafo Reginald H. Morris es esencial para esto, y Clark la emplea como punto de vista del asesino incrementando la idea de que la amenaza es constante (noción que el director John Carpenter llevaría aún más lejos en su "Halloween").

Las actuaciones son de excelente calidad, con las tres actrices principales luciendo bastante reales en sus papeles como jóvenes universitarias. Aunque los personajes quizás no tengan una profundidad Shakespearana, el guion les da la libertad de desarrollar sus personajes, algo que las actrices aprovechan para volverlos más allá del estereotipo y dándoles una personalidad definida. Olivia Hussey encabeza el reparto como Jessica, logrando una eficiente mezcla de inocencia y fuerza que luego se volvería un elemento básico de su rol en slashers posteriores. Sin embargo, es Margot Kidder quien roba la atención, luciendo excelente como Barbie y robándose muchos de los mejores momentos en "Black Christmas". Lo mismo ocurre con Marian Waldman, quien interpreta a la dueña de la casa y provee inicialmente muchos de los momentos cómicos de la cinta. El trabajo de Andrea Martin no es malo, aunque quizás no de la misma calidad que las de sus compañeras. Finalmente, John Saxon completa el elenco como el teniente Kenneth Fuller, quien debe encontrar al asesino antes de que vuelva a atacar.

Además de "Halloween", muchos filmes son los que han sido llamados "el slasher original", incluyendo "Psycho" de Hitchcock, "Reazione a Catena" de Bava, y el clásico "The Texas Chain Saw Massacre" de Tobe Hooper; sin embargo, aunque estos tres filmes han sido de gran influencia para el género, es "Black Christmas" la cinta donde todos los elementos se mezclan en la proporción exacta para dar a luz a uno de los más populares géneros del horror. Y ésta originalidad es quizás ya un peso para "Black Christmas", pues siendo la originadora de un estilo que se ha convertido en fórmula, es probable que "Black Christmas" pudiera sentirse cliché y lenta después de tanto tiempo; al punto de que uno pudiera sentirse tentado a especular que su estatus de "clásico" fuera resultado de ser simplemente la primera en su género. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, este no es el caso pues a pesar de sus defectos (que los tiene), la pesadillesca visión de Bob Clark cuenta con méritos propios para sostenerse brindando una excelente historia de terror.

Casi desde el principio, el género "slasher" ha sido duramente criticado ya sea por su simplicidad, por su naturaleza formulaica, incluso por una supuesta misoginia (cuando se podría incluso argumentar que ha sido un género pionero en papeles de mujeres fuertes). Sin embargo, y aunque tales críticas pudieran tener algún grado de razón, el slasher ha resultado en más de una gema que no sólo son buenas cintas de su género, sino excelentes películas de horror en general; y "Black Christmas" de Bob Clark, la primera de ellas, es una de estas grandes películas. Esta Navideña cinta se gana a pulso su reputación de clásica y bien vale la pena que se disfrute. Como "Halloween" (que podría ser su contraparte), es mucho más que un slasher, es una experiencia.

8/10
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14 de septiembre de 2012

Act of Valor (2012) @ Habitación 101

Casi desde el principio de su historia, se descubrió en el cine a una buena herramienta para transmitir un mensaje, función que naturalmente se adaptaba muy bien al medio comercial, pero que pronto fue puesta también al servicio de gobiernos, asociaciones y causas definidas al notar su potencial propagandístico. Una película de propaganda es la que presenta "Act of Valor" (conocida en México como "Invencibles"), cinta estadounidense que narra la historia de un grupo de SEALs (Unidades Mar, Aire y Tierra) que enfrentan a un terrorista Ruso. De entrada, la trama indica a donde va la cinta, pues naturalmente habrá múltiples escenas de acción donde se lucirán los SEALs. Sin embargo, "Act of Valor" peca de dos graves problemas: su pesado patriotismo excesivo y su absoluta falta de originalidad. Bueno, la verdad es que "Act of Valor" peca de muchos otros problemas, y de esto trata un texto que he escrito para Habitación 101, revista digital donde me pude publicar una reseña relativa a esta tan pobre película. Y no es que el cine de propaganda sea necesariamente malo (como prueba, basta ver el resultado del cine Soviético de los años 20s, que es tan influencial y artístico en su técnica como propagandístico en su tema), es sólo que bueno, el chauvinismo es el menor de los problemas en "Act of Valor". Pero bueno, los invito a visitar Habitación 101, dónde además de revisar temas relativos al cine y a la cultura en general, se enfoca este mes al cine de zombies con motivo del estreno de "Resident Evil: Retribution", quinto capítulo de la saga de filmes inspirados por el videojuego de Capcom. Así que ya se sea fan del juego, de las películas o de los muertos vivientes, bien valdría la pena echar un vistazo a Habitación 101.

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13 de septiembre de 2012

The Changeling (1980)

El escritor de horror H.P. Lovecraft escribió alguna vez "La más antigua y poderosa emoción de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y poderoso tipo de miedo es el miedo a lo desconocido". Quizás nada representa mejor esta noción que las historias de fantasmas, pues desde tiempos inmemoriales, el misterio de la muerte ha sido siempre fascinante y terrorífico a la vez. Naturalmente, las historias de fantasmas llegaron al cine, habiendo ya fantasmas y embrujos en filmes desde aquellos cortometrajes de Georges Méliès a fines del siglo XIX. Dada su ambientación, las historias de fantasmas son tema clásico del cine de horror gótico, y han sido la base de numerosas obras maestras del género ("The Haunting" de Wise y "The Innocents" de Clayton por nombrar solo dos). "The Changeling" de Peter Medak, es una película de 1980 que continúa esta larga tradición de historias de fantasmas con un tema de horror gótico, pues se centra en una ominosa mansión encantada, y la macabra aventura que su recién llegado inquilino debe vivir para resolver el misterio detrás de la fantasmal presencia que la habita.

"The Changeling" (literalmente "El Sustituto", pero conocida en México como "El Intermediario del diablo" y en España como "Al final de la escalera"), cuenta la historia de John Russell (George C. Scott), un exitoso compositor que recién ha perdido a su esposa e hija en un trágico accidente automovilístico. Aún de luto por su pérdida pero esperando reconstruir su vida, Russell se muda a Seattle para dar clases en la universidad local, rentando una mansión abandonada perteneciente a la Sociedad Histórica de la ciudad, pues busca encontrar tranquilidad para componer de nuevo. La mansión, llamada "Casa Chessman", es enorme y ha estado abandonada por veinte años. Sin embargo, Russell comienza a experimentar una serie de eventos sobrenaturales que le hacen preguntarse su realmente se encuentra solo en la casa. Ruidos y otras situaciones apunten a la presencia de un niño que vivió ahí tiempo atrás., Aunque incrédulo al principio, Russell decide investigar el misterio con el fin de encontrar paz tanto para él como para el fantasma, y comienza a descubrir los secretos en el pasado de la Casa Chessman.

Basada en una historia de Russell Hunter (supuestamente sobre su experiencia real viviendo el Cheessman Park, Denver), la película fue escrita por William Gray y Diana Maddox, quienes inteligentemente crean un cautivante cuento de misterio que se desenvuelve lentamente a medida que la investigación de Russell progresa. Dando gran uso a las convenciones del género, los escritores siguen fielmente el clásico patrón gótico de las historias de fantasmas, manteniendo un apropiado balance entre el horror y el misterio. Y "misterio" es la clave del guion de "The Changeling", pues la trama está llena de múltiples giros que van construyendo una historia que funciona como mezcla entre ficción detectivesca y cine de horror, con Russell como un endurecido tipo rudo en un caso difícil. Este énfasis en la investigación de Russell es quizás el principal alejamiento de "The Changeling" a su de otra manera muy clasicista enfoque, pero es un toque que hace a la historia bastante interesante, particularmente por el hecho de que apoya un mejor desarrollo de sus personajes, y eleva a la historia por encima de su origen formulaico.

El director Peter Medak crea una película enormemente atmosférica que toma mucho provecho del estilo decididamente gótico que tiene la historia. Con un soberbio y elegante trabajo de fotografía hecho por John Coquillon, Medak usa perfectamente su locación para hacer a la Casa Chessman un personaje dentro de la cinta. Deja de ser un mero set, pues Medak la vuelve una extensión física de la presencia con la que convive Russell ahí, logrando algo muy similar a lo que el director Robert Wise realizó décadas atrás con su legendaria "The Haunting". Y como en el filme de Wise, "The Changeling" de Medak logra ser una película de horror donde el terror proviene de objetos bastante simples y mundanos en vez de usar complicados efectos especiales. En "The Changeling", una pelota roja puede llegar a ser más terrible que cualquier monstruo. Medak juega con lo que no se ve, con lo desconocido, para crear un horror en el sentido más puro. El énfasis puesto en el misterio y suspenso es horror gótico clásico, y la ominosa atmósfera sombría verdaderamente hacen de la cinta una digna heredera de sus antecesoras.

Famoso por su inolvidabe interpretación en "Patton" de Franklin J. Schaffner (1970), George C. Scott muestra de nuevo su enorme talento como el torturado compositor John Russell. La actuación de Scott luce muy natural, incluso realista, haciendo a su personaje cobrar vida con una encantadora honestidad que vuelve difícil no identificarse con él. Ciertamente, la imagen de Scott se adecua eficazmente al contexto del filme, pues crea a un personaje lo suficientemente rudo para la tarea, pero a la vez muy sensible, frágil y herido. La esposa de Scott en la vida real, Trish Van Devere interpreta a su contraparte, Claire Norman, la miembro de la Sociedad Histórica que rentó la casa a Russell. En un personaje que fácilmente pudo haberse vuelto un cliché, Van Devere brinda un excelente trabajo, carente de cualquier tipo de artificio y que aumenta en gran medida la sutil mezcla de realismo y fantasía oscura que tiene la cinta, y aunque su papel es considerablemente más pequeño, su trabajo es bastante efectivo. La película también tiene grandes interpretaciones de Melvyn Douglas, Jean Marsh y John Colicos en los papeles de reparto.

A pesar de haber sido opacada por películas de horror mucho más famosas que fueron lanzadas ese mismo año ("The Shining" de Stanley Kubrick y "Cannibal Holocaust" de Ruggero Deodato), "The Changeling" de Peter Medak tiene muchos elementos que la hacen uno de las mejores cintas de horror olvidadas de la década de los 80s. Con su estilo clasicista y su ominosa atmósfera gótica, es realmente un regreso a una forma de hacer horror mucho más sutil, más inquietante interiormente que gráfico o escandaloso. En términos de estilo, "The Changeling" podría verse como el polo opuesto al "Poltergeist" de Spielberg y Hopper (otra gran historia de fantasmas de los 80s), pues aunque ambos filmes cuentan una historia de casas embrujadas, lo hacen con una hechura completamente diferente. Contenida y casi minimalista, "The Changeling" se mueve lento en ocasiones, particularmente a medida que va desarrollando su compleja trama (que en ocasiones sí se siente innecesariamente compleja); sin embargo, este ritmo pausado aumenta el suspenso que el director Peter Medak va construyendo y ultimadamente es beneficial para el tono de la película.

"The Changeling" es sin duda la película más lograda del cineasta Peter Medak, pues aunque su retorno al género en "Species II" no fue realmente malo, se encuentra aún lejos del fantástico logro que realizó con este filme. Sutil, contenido y lleno de clase, "The Changeling" ofrece una visión moderna al estilo clásico de contar historias de fantasmas, dejando incluso huella en el género: la famosa cinta japonesa "Ringu" (1998) claramente toma prestados ciertos elementos de la trama y el tono de "The Changeling". Con su sorprendente atmósfera de pesadilla, soberbio trabajo de cinefotografía y su ritmo lento, "The Changeling" es un digno heredero del estilo de cine que directores como Wise y Clayton perfeccionaron en los 60s. "The Changeling" es pues, un sorprendente gótico moderno.

9/10
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