Páginas

14 de mayo de 2012

Muerte al Invasor (1961)

En 1961, un grupo de exiliados Cubanos entrenados por la CIA lanzó un intento de derrocar al recientemente instaurado gobierno de Fidel Castro. La operación, llamada Operación Zapara, estaba apoyada por el gobierno de los Estados Unidos e incluía un desembarco en las playas de Bahía de Cochinos, al este de la península Zapata en Cuba. La invasión fue un fracaso, pues las fuerzas armadas Cubanas derrotaron a los invasores en un lapso de tres días. La fallida invasión tuvo como consecuencia principal un mayor nacionalismo y un mayor apoyo al régimen cubano en Cuba. Este conflicto sería conocido en Cuba como la Batalla de Playa Girón, y en los Estados Unidos como la Invasión a Bahía de Cochinos. Dada la gran importancia que le dió el gobierno Cubano al cine, el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC) envió a un equipo de corresponsales de guerra a cubrir el evento. Entre ellos estaba Tomás Gutiérrez Aleam quien construyó un documental para el noticiero de Santiago Álvarez: "Muerte al Invasor".

"Muerte al Invasor" está compuesta de imágenes capturadas por Gutiérrez Alea y su equipó de camarógrados: Mario Ferrer, Pablo Martínez y Julio Simoneau. La narración, probablemente escrita por el director del ICAIC Alfredo Guevara, es interpretada por Batista y detalla los eventos de la invasión, describiendo los tres días de batalla a la par que glorifica los esfuerzos del pueblo Cubano y sus líderes. Dada la naturaleza como un documental destinado a formar parte del noticiero, la cinta tiene una meta propagandista más que evidente, con los invsaroes vencidos constantemente denominados como traidores u opresores partidarios del gobierno anterior. El apoyo Estadounidense a los invasores también es un punto discutido extensamente, haciendo hincapié en el esfuerzo Norteamericano por derrocar al gobierno Socialista de Cuba, y describiendo la naturaleza encubierta de la operación como ejemplo de traición imperialista. "Muerte al Invasor" tiene una agenda definida, y la sutileza no es para nada su fuerte.

Ha habido mucho debate sobre quien estuvo realmente detrás de la creación de "Muerte al Invasor", con arugmentos tanto para Tomás Gutiérrez Alea como para Santiago Álvarez dandoles el crédito. La película realmente muestra signos tempranos de los estilos de ambos directores: por un lado, elementos del inovador "montaje nervioso" de Álvarez pueden sentirse en el filme, mientras que por el otro, las imágenes que forman el documental tienen ya el estilo de Gutiérrez Alea. Y hablando de las imágenes, la serie de escenas capturadas en el filme no son sólo de gran valor histórico, sino que cuentan con una cierta belleza en bruto que realmente retratan el espíritu de una nación que se defiende. Dejando de lado la patriotista narración y sin tomar algún lado político, estas imágenes hablan mucho de una joven nación que aún creía en un ideal y luchó por él. La elocuencia de las imágenes de "Muerte al Invasor" da fuerza a quienes apoyan a Gutiérrez Alea como director único, aunque al final, hay suficientes elementos que establecen el filme como una contribución entre él, Álvarez e incluso Guevara.

Como se mencionó anteriormente, "Muerte al Invasor" fue claramente concebido como una pieza de propaganda, con su latente glorificación de la nación Cubana y su demonización sin piedad que hace de los invasores. Y este es quizás el lado más débil del filme, pues a pesar del poder de sus imágenes, la narrativa es lenta e incluso torpe. El narrador Julio Batista carece de emoción al declamar, permaneciendo siempre calmado y monótono en su discurso, más parecido al narrador de algún documental escolar que a un historiador. Como pieza de propaganda, el filme cumple su propósito, aunque carece de la vibrante energía del cine Soviético o del filme Cubanos posteriores. La fuerza del filme esta claramente en sus imagenes yedición, las cuales muestran los talentos de sus realizadores y ofrece un vistazo hacia donde irían sus carreras. El contraste de calidad entre las imágenes del filme y la narración escrita es tan grande que la cinta incluso funciona mejor sin narración. El ojo del joven cine Cubano es suficiente para contar la historia de su victoria, sin necesidad de agregar glorificación artificiosa.

"Muerte al Invasor" tal vez no sea el mejor ejemplo del cine de Tomás Gutiérrez Alea y Santiago Álvarez, aunque es ciertamente un filme bastante interesante para observar el desarrollo que sostuvieron ambos cineastas, quienes se volverían celebradas luminarias de la Época de Oro del Cine Cubano. En un filme como "Muerte al Invasor", el cual claramente tiene una meta definida y una agenda política específica, es siempre difícil separar la política del cine, pero en este caso, el que uno esté de acuerdo o no con sus argumentos es secundario, lo que está claro es que con sus imágenes y montaje, los cineastas Tomás Gutiérrez Alea y Santiago Álvarez han realmente capturado la cara y espíritu de una joven nación que se está buscando a sí misma.

6/10
-------------------------------

No hay comentarios.: