Páginas

23 de marzo de 2012

Good Bye, Lenin! (2003)

De 1949 a 1990, Alemania estuvo dividida en dos diferentes estados, la República Federal Alemana (RFA), y la República Democrática Alemana (RDA). Eso fue resultado de las divisiones entre los poderes aliados (El Reino Unido, los Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética) que estaba ocupando Alemania desde el fin de la Guerra en 1945. Las tensiones entre Occidente y la Unión Soviética rompieron la cooperación y el país fue dividido en dos estados, uno un país capitalista y el otro una república soviética. La ciudad de Berlín misma se dividión en 1961, cuando el gobierno Soviético levantó un muro, cerrando la frontera y dividiendo la ciudad. El Muro de Berlí, símbolo de la Guerra Fría, marcó a generaciones de Alemanes en ambos lados, y su destrucción en la reunificación de Alemania trajo importantes cambios sociales que dejaron una profunda huella en el cine Alemán. Los efectos del cambio de la RDA a una Alemania unificada inspiraron a los cineastas Wolfgang Becker y Bernd Lichtenberg a hacer "Good Bye, Lenin!" ("¡Adiós a Lenin!"), un filme ubicado en esos tiempos de cambio.

La historia comienza en Octubre de 1989, en Berlín del Este, donde el joven Alex Kerner (Daniel Brühl) vive con su hermana Ariane (Maria Simon), su madre Christiane (Katrin Saß) y la bebé de Ariane, Paula. Su padre dejó a la familia en 1978, emigrando al lado Oeste, mientras que su madre permaneció una devota seguidora del Partido de Unidad Socialista de Alemania. Un día, Alex es arrestado en una protesta anti-gobierno, evento que le causa a su madre un ataque al corazón y la lleva a un coma. Durante su coma, la República Democrática Alemana que ella amó y defendio con su vida se ha ido, resultado de la caída del muro de Berlín y la reunificación oficial en una sola Alemania. Pronto, la familia entra al mundo capitalista y Alex encuentra trabajo instalando televisión vía satélite mientras que Ariane trabaja en un Burger King. 8 meses después, Christiane despierta a un mundo diferente, pero su estado físico y mental es frágil, y cualquier shock podría causarle un segundo ataque. Para proteger a su madre, Alex decide mantener la ilusión de que los ideales de su madre siguen vivos.

Andando en la delgada línea entre el drama y la comedia de situación, el guión de "Good Bye, Lenin!" (de Wolfgang Becker y Bern Lichtenberg) aborda un tema político, sin ser realmente una sátira, o al menos, no una común. Aunque la política forma el trasfondo de la historia, el centro del filme es el drama familiar en el que se mete Alex, pues llega a extremos insospechados para perpetuar la mentira a su madre con la intención de protegerla. Becker y Lichtenberg crean interesantes situaciones en las que Alex debe encontrar la forma de seguir con la mentira. Nada fácil en un país que rápidamente se llena de anuncios de Coca-Cola y restaurantes de comida rápida, lo cual incrementa las dificultades de Alex con resultados muy cómicos. Sin embargo, los escritores no entran e la "Ostalgie" (nostalgia por la Alemania del Este), y de hecho, la posición política de los autores pareciera ser más una de ironía y cinísmo (ni el socialismo ni el capitalismo son apoyados realmente). Y sin embargo, este cinísmo no le quita al filme la calidez y el gran corazón que tiene.

Con un humor fresco y una sólida narrativa visual, el director Wolfgang Becker hace de "Good Bye, Lenin!" una sensible tragicomedia que no es sólo encantadora, sino también ingeniosa. Becker crea maravillosas secuencias que muestran los esfuerzos desesperados de Alex por mantener la fantasía de su madre. SSin embargo, por muy maravilloso que sea el toque de Becker para la comedia, su verdadero talento brilla más en como aborda el lado dramático de la trama, la cual transforma en un conmovedor melodrama familiar. Ciertamente, la gran calidad del guión ayuda mucho, pero es la dirección de Becker la que logra mantener un tono ligero que es fiel a la trama sin caer en la parodia. Pues una trama como esta bien podría haber sido una sátira sin piedad al comunismo, sin embargo, el director Wolfgang Becker la vuelve más un tributo, no a la República Democrática Alemana, sino a la gente que verdaderamente creía en esos ideales. El trabajo del diseñador de producción Lothar Holler es admirable en la forma en que recrea el periodo de la reunificación.

Al frente del elenco está el actor Español Daniel Brühl como Alex, claramente la estrella del show. Dando una actuación llena de energía y encanto, Brühl da vida a este cariñoso, aunque extraño hijo determinado a mantener vivo el sueño de su madre. Lo interesante es el hecho de que esta mentira, inicialmente para su madre, comienza a volverse parte integral de su propia vida también. Afortunadamente, Alex ha reclutado en su misión la ayuda de su amigo Denis, interpretado por un genial Florian Lukas quien casi logra robar el show con su talento natural para la comedia. Otra ladrona de escenas es Maria Simon, quien interpreta a la hermana de Alex, Ariane, y en su poco tiempo en pantalla brinda con gran talento algunas de las mejores líneas del filme. Como la novia de Alex, Lara, la actriz Rusa Chulpan Khamatova no es solo hermosa, sino que hace mancuerna efectiva con Alex. Finalmente, la talentosa Katrin Saß interpreta a Christiane y después de Brühl, es quizás lo mejor del filme, pues con gestos sutiles logra construir el complejo personaje de la frágil madre de Alex.

Quizás lo mejor acerca de "Good Bye, Lenin!" de Wolfgang Becker" es la forma en que logra abordar el tema político de la cinta sin perder el encanto y la cálidez que la caracterizan. Y esto es principalmente porque el filme nunca deja de ser firmemente un drama familiar. Ciertamente, la política juega un papel importante dentro de la trama, dado el ferviente socialismo de Christiane que contrasta con el deseo de sus hijos por un cambio (con el eventual resultado de Ariane abrazando el capitalismo rápidamente mientras Alex se desencanta del mismo). Sin embargo, el cinísmo apolítico que Becker toma en relación a la política evita que el filme tome un lado definido dentro del especto político, y como se menciona arriba, critíca ambos sistemas económicos. Lo que importa en "Good Bye, Lenin!" no es quien está en el poder, sino la unidad de una familia, pues el loco intento de Alex de crear un sueño viviente para su madre termina por unir a su familia más que nunca. y en este fuerte centro emocional se encuentra el corazón del filme.

Ingeniosa, inteligente e incluso conmovedora, "Good Bye, Lenin!" es una genial tragicomedia que ofrece el retrato de una familia viviendo a través de los difíciles años de la reunificación Alemana. El director Wolfgang Becker ha construido un filme encantador que no es solo divertido, sino también llegador, sin caer en sentimentalismos baratos o en mera nostalgia. Si la cinta tiene un defecto, es quizás que es un poco demasiado larga, pero fuera de eso, es una muy disfrutable historia de familia. De hecho, a pesar de estar basada en un momento particular en la historia de un país, la historia tiene un gran atractivo universal. Con gran ironía y humor autocrítico, Wolfgang Becker ha hecho en "Good Bye, Lenin!" una cinta que muestra que el cambio es inevitable y difícil, pero los lazos humanos son más fuertes.

8/10
-------------------------------

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta esta película!

Creo que la actuación de Daniel Bruhl es excelente!

Estoy de acuerdo conigo en que es una película con "humor fresco". En lo personal siempre me han gustado mucho las películas que narran sucesos históricos y cambios sociales, en especial la antigua Alemania dividida y el proceso por el que el país tuvo que pasar social y políticamente para llegar a lo que es ahora Alemania.

me encanta la manera tan divertida en que sitúan a los personajes, en medio del cambio de régimen, pero sobre todo cultural!!

J Luis Rivera dijo...

Si, es muy divertida e inteligente la forma en que abordan el tema.

Y sí, Daniel Brühl es bastante bueno en esta cinta. Realmente desde aquí ya se ve que él tiene mucho futuro por delante.

Saludos!